jueves, 6 de septiembre de 2007

VACACIONES III


Observando a los niñ@s, con los que he trabajado este verano, talleres y demás actividades veraniegas que organizan los Ayuntamientos para que sus padres salgan a los bares hasta tarde.
He visto que Grefusa, Risi y demás fabricas de chucherías deberían hacer gusanitos que no se desintegren con el roce de la lengua y se acoplen a las muelas como sarro de colores.
Unos gusanitos que se disuelvan en el estómago no en la atmósfera.
Quizá habría que subirles el precio, porque tendrían más ingredientes que polvo y aire, pero es un riesgo con el que tienen que correr las empresas jóvenes y emprendedoras.

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