El hermano grande del mantecao, el primo de la tableta de chocolate, el cuñao del kinder bueno y bueno...
Otro ser que solo vive en navidad, aunque hace una aparición especial en la feria de tu pueblo.
La tableta de turrón hay que empezarla y nunca acabarla, es una muestra de señorío tener sobre la bandeja 5 tabletas de turrón abiertas y empezadas con su envoltorio arrugado.
Algunas madres de la vertiente noroeste suelen trocear el turrón para servirlo a los comensales lo que deja un plato de migajas, manchas, y destrucción que ni el Katrina.
Al contrario de su primo chico el mantecao, el turrón viene con 3 capas de envoltura, debe ser más friolero, a más capas, más caro, una vez me regalaron uno en cajica de madera y todo.
El preferido por la gente joven es el de Suchard, con base de arroz inflado y chocolá, ya tienes la receta prueba ha hacerlo en tu casa.
Atención Madres, si tu hijo come en demasía este tipo de turrón cuando viene de fiesta es que fuma porros y le entran las hambres malas (a mi me lo han contado).
De variantes andamos igual que con los mantecaos, hay de mil sabores y cada navidad inventan 4 nuevos, pero entre los clásicos están: el de costrica blanca de oblea con relleno de almendras, el blandengue tipo membrillo, el mármol de Macael y uno blanco con fruta confitada o como diría un conocido mío fruta embalsamá.
Y para diferenciarse de su primo este suele ser más duro que la picha un soldao, dice la leyenda que el Gran Bruce Lee entrenaba partiendo turrón de Alicante, de hay su acento.
Por cierto ¿alguien ha probado alguna vez el turrón mas caro del mundo?
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