UNA DE LISTOS Y TONTOS

Decía Ernesto, protagonista de Incautos, que el timador siempre se queda con las ganas de ver la cara del incauto cuando este se da cuenta de que ha sido timado. Pues así se me ha debido quedar la cara a mi hoy cuando me ha pasado lo que os voy a contar.

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Escena 1. Exterior. Día.

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Mi jefe y yo bajábamos por la calle para ir a tomarnos un café, cuando se nos acerca una chica con una carterita en la mano y una identificación colgada de la solapa.
Buenos días caballeros, soy de la Asociación Nacional de Donantes de Órganos y estamos haciendo una cuestación popular para recaudar fondos para la asociación, ¿serían ustedes tan amables de hacer un donativo??
Nos quedamos los dos callados, supongo que pensando cada uno en qué excusa dar, redoble de tambor y dice mi jefe:
Que pague el joven, que a mí me toca pagar hoy el café. Fanfarria y aplausos.

Y ahí voy yo, mas tonto que tonto, me saco la cartera… saco un billete de cinco leros y se lo doy a la chica. Ole mis cojones (y los de la chica por sangrarme y los de mi jefe por conseguir escapar indemne a costa de mis lomos).
No contenta, también ha intentado hacernos socios de su asociación, pero ahí si he desenfundado yo mas rápido y le he dicho que ya era socio desde hacía 10 años. Mentira cochina, aprovecho para hacer un break en la historia: Estando en la universidad estuve a puntico de hacerme, pero cuando ya tenía la solicitud rellena una amiga me convención para que no lo hiciera porque según ella: si te haces donante de órganos, el listado de la asociación circula por los hospitales y si en una situación crítica estás "más pallá que pacá"… no te ayudan y tiran "pallá". Ole tu chichi, pensé yo en aquel momento. El razonamiento de mi amiga me parecía una tontería mas grande que un piano de cola, pero lo cierto es que no finalicé la inscripción; aunque si me encargué de decir a todo el mundo de mi alrededor, que si alguna vez me pasara algo… donéis hasta los zapatos.
Pues eso, que la tía quería hacernos socios donantes a mi jefe y a mi, pero yo me he escapado diciéndole que ya era socio. Total, que nos ha dado una solicitud para que la rellenemos tranquilamente y la mandemos por correo, a mi jefe para se haga socio y a mi para renovar el carné.

Al final, hemos conseguido ir a tomar café y ha pagado mi jefe, por supuesto.

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Actualización 31.12.2010

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Escena 2. Interior. Día.

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Cafetería. Le digo a mi jefe hoy te toca a ti pagar el café otra vez para compensar la puñalada de ayer y me dice ni hablar... hoy te toca a ti, que la gente joven teneis muchos dineros. Touché. Al final no he tenido que pagar porque hemos sido invitados por un cliente que pasaba por allí y mi jefe me ha prometido que el próximo lunes paga el (me tocaría a mi, así que ese día empatamos).

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Escena 3. Interior. Dia.

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Farmacia. Me dice mi jefe déjame 20 céntimos que voy a pesarme, luego te los doy. Intentando hacerle la jugada del billete plastificado le he dicho lo siento, no llevo suelto... tengo una moneda de 2 euros y me dice pues nada, déjamela y que nos cambien. Tototoché. Le doy la moneda, la cambia y me la hacen chatarra, coge sus 20 cts y se pesa la hostia, he engordado!!!... ya me he cabreado... ea, ya no te devuelvo los 20 cts. Touché et coulé.