RECUERDOS DEL PELO LARGO

Ayer oí esta canción por casualidad y de pronto me acordé de una anécdota que nos pasó a Chiqui y a mi hace algunos años en Granada.
Fuimos invitados por alguien para ir a un piso de no se quien para bebernos unas copas (no se cuantas). Cuando llevábamos allí un rato apareció un chico con una guitarra y empezó a tocar canciones soporíferas.
Cansado de sus cantinelas, le pedí el instrumento para tocar yo algunos temillas de moda; Te sabes tal? Si… Te sabes cual? También… Empezábamos a estar cómodos… unas copas, unas canciones… y me dice Chiqui: Te sabes Knokin’on’heaven’sdoor… esa de Bob Dylan que hicieron los gansanrouses?? (Chiqui era un gran fans de los gansa). Y yo pues claro… venga, empiezo y tu me sigues.
Total, que empiezo con la intro de guitarra… me sigue Chiqui… mama take this badge off me… i can’t use it anymore… la gente empieza a prestarnos atención, se quedan callados… it’s getting dark to dark to see… feels like i’m knockin’ on heaven’s door…
Y llegados aquí, justo antes del estribillo y en uno de las conexiones mentales mas impresionantes que hemos tenido Chiqui y yo (y son 27 años juntos), cambio de ritmo, golpeo tres veces con la mano la caja de la guitarra, hago un molinillo digno de Peret, y continuamos con la canción a ritmo de rumba… knock-knock-knockin’ on heaven’s door… knock-knock-knockin’ on heaven’s door… la gente pasa de prestarnos atención a fliparlo directamente, por el ritmo de la canción y porque allí no nos conocía nadie… mama put my guns in the ground… y nosotros a lo nuestro… avanzando la canción, subiendo el ritmo y gustándonos con la rumba… hasta que de pronto, en plan fin de fiesta de la familia Flores, nos levantamos, nos pegamos una pataita flamenca, a mi se me va la pinza y me voy hacia el balcón, pego un grito y hago el amago de tirar la guitarra (solo el amago, el gesto, el ademán, quede claro)… zas!!!.. paramos la canción, se hace el silencio, viene el dueño de la guitarra y me la quita sin decir nada… segundos interminables… la tensión se puede cortar… y al rato, afortunadamente, todo el mundo vuelve a lo suyo, a sus copas, sus risas y como si no hubiera pasado nada.
Desde ese momento Chiqui y yo empezamos a notar que nos miran, y traduciendo esas miradas al castellano entendemos que están diciendo quien coño son estos y que hacen aquí? así que cogimos nuestros bártulos y nos fuimos a los garitos a terminar la fiesta por nuestra cuenta.