En otro de mis viajes me encontré esta tienda "la boutique del pollo", bien es cierto que se vendía, no solo la tienda, sino el edificio entero por los malos ratos que pasaron los vecinos y tenderos con las burlas de los transeúntes.
No tiene pinta de haberse hecho rico el dueño, por que eso de vestir a un pollo de gala, por mucho que lo uses como mascota, no lo veo del todo. Un pollo con correa y joyas, con su camisita polar para el frío y su pienso de gourmet, no se, creo que triunfaría más en NY que en Murcia.
Pero bueno los emprendedores son así.
domingo, 26 de septiembre de 2010
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