Lo que más me gusta cuando llega el calor es sacar la ropa de verano y encontrar joyas del año pasado: desde una camisa que creías que había sido enterrada en un desierto remoto del Gobi y que juras que este año si tirarás, hasta una camisetaca que ni te acordabas que tenías y que llega a ser tu prefe, pasando por el bañador, un año más, que por muy roto y descolorido que lo tengas, siempre dices: este me aguanta un año más.
El acto de sacar la ropa de verano o invierno lleva aparejado renovar la ropa para: bajar la basura, limpiar, pintar o ir a por el pan el domingo, por que hacer eso con ropa de marca pasada de moda y rala da caché entre los vecinos.
Ya ni te cuento mirar en los bolsillos de las mismas: dinero, tickets, servilletas con dibujos, mapas de tesoros, llaves de un vespino...
domingo, 8 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas
1 comentario:
Chiqui el gran poblema de los bañadores, no se si solo me pasa a mí, es que de un año pa otro el elástico se me estiraja y pierde su elasticidad y se quea tipo acartonao. Pero como tienen guita piensas: "bueno pastar en la casa..." y al final es el primero que echas a la maleta para bajate a la playa. Sera porque el roce del braguero-carton hace el cariño.
Publicar un comentario