Además de ser bueno, hay que parecerlo

Menudo debut ha tenido la pobre Ministra de Igualdad Bibiana Aido. Ya tenía las cosas difíciles desde el principio; tiene un ministerio sin sede ministerial, sin organigrama, sin funciones y sin funcionarios. El ministerio es ella y su nokia n95. Tiene 31 años y un currículum político ramplón, más allá de ser hija de un político y haber crecido entre los peces gordos del socialismo andaluz ochentero.
Con ese panorama, en su primera intervención pública relevante la caga al cuadrado: 1.- Dice que van a crear un teléfono para que los hombres llamen y canalicen sus impulsos violentos y 2.- después se inventa el término miembras, como femenino de miembros. Lo primero me parece una tontuna y lo segundo no deja de ser anecdótico, mas allá de que los periodistas le dediquen horas y horas de radio a analizar concienzudamente si la ministra se baja o no del burro en el tema lingüístico.
Pues bien, lo que si me parece grave es que en estos casos siempre aparezca el subnormal de turno, en este aso se trata de Federico Jiménez Losantos, para meter la pata y opinar sobre el tema, en este caso el (mal llamado) teléfono del maltratador: “¿Quiere una manera de canalizar la agresividad? Pues hombre, ponga en las esquinas de cada manzana una muñeca hinchable para que la apuñalen. Y además, ya si la pone con su cara, pues entonces la canalización será completa. La bella Bibiana, o Bibiano, o Aída, o Aído, o Aíde, pues, en fin…”.
Pues eso, que reinterpretando el dicho popular digo que Además de tener cara de subnormal, hay que parecerlo, y este tipo se esfuerza a diario en hacer justicia a la impresión que provoca su cara.