Era una cálida mañana de domingo, mi cerebro aun convaleciente de una noche de jarana se debatía entre solidificarse o seguir líquido el resto de la mañana cuando de repente sonó la puerta.
Mi cerebro en estado semi solido ordenó que mi cuerpo fuera a responder por lo que me tambaleé hasta la entrada, mientras iba por el pasillo estaba preparando mentalmente el discurso de que no creo en nada y así espantar al testigo de Jehová que osaba turbar mi sueño dominguero, y ojeando la mirilla unas décimas de segundo abrí la puerta.
Al abrir la puerta y los ojos al unísono distinguí la cara de un joven que se me antojaba conocido.
El joven en cuestión no tenía pinta de ser muy creyente a no ser que DYC hubiera montado una congregación religiosa en los últimos tiempos. Me preocupaba que la cara cada vez me sonara más.
Cuando el despertador dominguero habló certifiqué que era fiel seguidor de la acupuntura y otras artes poligoneras y venia pidiendo ayuda con una carpetilla de esas azules y la mirada perdida.
Se puede ser muy solidario y querer cambiar el mundo, pero un domingo por la mañana ni Gandhi daría limosna a un pobre.
Mientras el pequeño yonki me soltaba el discurso mi cerebro se iba solidificando lentamente hasta que en un punto del tedioso discurso se paró en seco, me miró con sus ojos inyectados en sangre y me dijo con voz temblorosa: " me suena tu cara y no se de qué" en ese mismo instante mi cerebro se endureció de forma repentina, ató cabos y dedujo que el individuo era un antiguo conocido de mi tierra que ya en sus tiempos mozos tonteaba con las drogas. Por lo visto con tanto tonteo al final se las ligó.
Yo, que soy de repuesta fácil me quedé bloqueado y es que no son horas... Pero mi cerebro me echó una mano y me dotó de un marcado acento gaditano. A lo que respondí: no zé de que te pueo soná, quillo.
El paisano yonki descartando en el quien es quien de sus pensamientos a los paisanos acabó su discurso y mientras se disponía a irse repitió mirando al suelo: me suena tu cara un montón pero sigo sin saber de que.
Después de esta aventura le prometí a mi cerebro que empezaría a tratarlo mejor y desde entonces somos super amigos.
miércoles, 19 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
¿Quien era el yonki, quillo?
Faemino y cansado comparten tu opinión de que con la resaca el cerebro está líquido. Debe de ser verdad, entonces.
no es que la compartan, es que es suya directamente, por cierto me regaló hace poco un colega dvd del orgullo del 3 mundo, una gozada
De hecho es todo lo contrario, la resaca es sobre todo un grito de auxilio de un cerebro deshidratado.
Publicar un comentario